miércoles, 9 de marzo de 2016

Vida perdida.

Imagen de art, love, and kiss
Las estaciones corren a una velocidad inalcanzable.

El invierno se difumina antes de poder siquiera tocar la impoluta y blanquecina nieve, las ramas desnudas se cubren avergonzadas y el frío encuentra otro hogar, llevándose consigo la oscuridad y la melancolía.
La primavera y su manto cubren las calles, los aromas y los colores se adueñan de los corazones y la belleza domina con elegancia todo lo que me rodea.
El verano pisa con fuerza, quemando las flores bajo un sol de justicia que no deja a nadie impávido, la alegría anida y la lluvia, con tristeza, se siente rechazada.
El otoño llega al fin, y las hojas que antes poblaban árboles tan enredados como mi cabeza parten en busca de un nuevo destino más benevolente con ellas que el viento que arrasa con los naranjas y los ocres.
Y el ciclo comienza de nuevo, cubriéndose mi ser de un sempiterno cambio que no quiere terminar.

Y es que veo el mundo pasar sin poder hacer nada por retener los más bonitos momentos, permitiendo que se pierdan en una memoria que no se esfuerza lo suficiente. Grisáceos son los colores que me definen, grisáceos son los colores con los que pinto mis días. No negros, porque el negro quedó atrás, pero no blancos, tampoco, porque el blanco es la inalcanzable luz que se niega a alumbrarme. Pero no deseo que lo haga, porque poco a poco añado colores a mi paleta. Porque el rosa simboliza mis lazos, los que me unen de manera irremediable a los demás. Porque el azul son las lágrimas, sean del tipo que sean, que derramo todos los días, que nacen en mis ojos y mueren, heroicas, en las comisuras de mis labios. Porque el rojo son los gritos, la ira y la rabia que me hacen un nudo en la garganta. El verde es la esperanza con la que tinto mis manos, empeñadas en dársela a los demás. Arco iris de mil luces que no dejan de parpadear, estrellas que estallan en color. Poco a poco mis muros adquieren mil tonalidades, poco a pocos mis universos se expanden. Poco a poco, avanzo.

No, ya no me queda otra que continuar, porque es la vida la que me empuja.