viernes, 25 de diciembre de 2015

¿Sabéis qué? Ni siquiera me he dado cuenta de que hoy era Navidad

Imagen de 紫

Todos queremos un hogar al que regresar. Un hogar en el que no tengamos que mentir más. Ni a nosotros mismos, ni a los que nos importan. Un hogar donde el dolor se diluya. Donde no exista. Donde la soledad sólo sea pasajera, y el apoyo eterno. Donde la risa llene las cuatro paredes de aquel hogar utópico.

Pero ahora sólo tengo gritos. Sólo tengo golpes. Sólo tengo desgracias, malas noticias; una oscuridad tan profunda que he olvidado ya cómo era la luz. Que he olvidado qué era sentirse orgulloso de uno mismo. Que he olvidado qué era quererme, o qué era el calor. He olvidado todo lo bueno, y he abrazado el sufrimiento, porque el sufrimiento nunca te abandona. Siempre, vayas a donde vayas, lo arrastras contigo. Es difícil. Es difícil deshacerte de él. Intentarlo siquiera. Pensarlo. Porque es una parte tan arraigada de ti mismo que no puedes concebir una vida sin el monstruo a tu espalda.

A veces paso frente a este hogar, este hogar que me ofrece seguridad, pero que tiene las puertas cerradas. Y a veces quiero abrirlas. A veces me sacudo los temores y comienzo a vivir, un poco, un rato, tan sólo. Pero lo hago. Y desde entonces anhelo más. Y más. Hasta que paso de largo, y cuando paso de largo, vuelvo a perderme en los bosques de mi memoria. Y recuerdo los momentos en los que fui feliz. Son mi único alimento. Y otras veces me quedo en blanco, mirando a la pared. Y comienzo a pensar. Y a pensar. Y a pensar. Y nunca dejo de hacerlo. Estoy derrotada. Absolutamente vencida por la parte de mí que no quiere evaluar la situación. Que deja a los problemas correr a su aire y nunca intenta resolverlos. O identificarlos.

Sé, vaya que si sé, que pido demasiado en demasiado poco tiempo. Que quiero milagros sin saber que no existen. Que me regodeo en la autocompasión. Y me gusta. Pero quiero volver a casa. Porque yo antes pertenecía a ella. Yo antes era querida. Era querida por mí misma, y creía que los demás me querían, porque es así como se supone que todo debe continuar. Que el amor es una corriente inagotable de ánimo y energía. Y creo que quiero buscarlo. Amarme en cada pequeño sentido. Amar mis errores. Amar mi trabajo. Amar lo que creo, lo que destruyo, lo que cambio y lo que invento. Amar todo lo que tengo, y cuando no me quede nada, amar a los demás. Buscar en sus ojos la luz que un día sé que supe ver. Y quiero que ellos busquen la mía. Y que la encuentren. Quiero, quiero, quiero tantas cosas que no puedo enumerarlas. No voy a regresar al pasado, ni me voy a lamentar por éste. Pero voy a mirar hacia adelante. 
Y cuando lo haga, estoy segura de que habrá gente saludándome desde esa casa a la que aspiro llegar algún día. Mi hogar.



martes, 15 de diciembre de 2015

Necesitarte es exagerarte

Imagen de grunge, hipster, and dark

Es un martes. Y es por la tarde. Y aún no sé cómo escribirte. O cómo pensarte.
Aún no sé si eres real. O si sólo eres un capricho enfermizo que no me deja dormir, que no me deja comer, que no me deja vivir.
Aún no sé a qué canción asociarte. O cuál será tu favorita. O cuál la que hablará de nosotros dos. Pero la escucharemos juntos, y yo gritaré "¡la letra es nuestra!" porque es lo que se supone que he de hacer. 
Igual que se supone que he de esperarte. Pero nunca he tenido mucha paciencia.
Aún no sé cómo imaginarnos. Si juntos, si felices, o si llorando porque mi película, porque tu película, ha terminado y ahora nos sentimos vacíos. 
Aún no sé si yo seguiré escribiendo. Si decidiré que lo mío no es arte, y que tú sí lo eres, y que prefiero contarte a ti. 
Aún no sé si te gustará todo de mí, o si por el contrario lo vas a aborrecer. Si te gustarán mis bromas. O mis salidas de tono. Si soportarás pacientemente el ver cómo me rompo, y me darás los pedazos para que los reconstruya yo solito, porque crees que es lo correcto. Me pregunto si seré yo el que te ayude a ser algo más feliz.
Aún no sé qué libros pondrás en la estantería que no te dejaré compartir conmigo, porque los míos ocuparán todas las baldas. Y qué querrás que te lea por las noches.
Aún no sé cómo cantas. Cómo suena tu voz bajo el agua. Si es melódica, o es grave, o es aguda y adorable y hará que me den ganas de abrazarte.
Aún no sé muchas cosas. Y es presuntuoso por mi parte suponer que las sabré algún día. ¿Pero que me gustaría? Vaya que sí me gustaría. Adoraría soñar contigo todas las noches. Componerte poemas sin rima y métrica. Leerlos para que te murieses de la vergüenza. Encontrar tus puntos débiles. Escribirte cartas que llenes de lágrima.
Me gustaría que el tiempo no se me acabase. Poder alcanzarte y aguardar todo lo necesario a que, si eso no sucede, me alcanzases tú a mí. Nunca me olvides, porque yo, vaya a donde vaya, arda o baile, muera o viva, ría o llore, jamás lo haré. Has encontrado un hogar en mi cabeza. En mi corazón. 
Y está bien amueblado, por si decides quedarte. Por si te gustan mis locuras, mis gritos y mis penas. Por si quieres ser artista junto a mí.
Incluso si todo lo que escucho es un "no".
Incluso si no puedo quedarme más.
Siempre te latiré.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Orión perseguía universos repletos de supernovas.

Imagen de art, girl, and drawing

I bet you never know that there's a universe full of starts inside of you.

Me duele el corazón, y tengo el alma herida. 

He pintado mis brazos de color. Ahora son nebulosas. Mis venas son canales que las unen entre sí. Mi cuerpo es un universo. Mis cicatrices ya no se ven, y es que ahora son supernovas que estallan mi sangre. Mis lunares se han convertido en estrellas, y juntos forman constelaciones de las más bellas que jamás verás. Y mi mente es una galaxia repleta de explosiones y planetas, que son mis ojos, mi nariz y mi boca. Mis manos sostienen sus satélites, y a mis dedos los cruzan estrellas fugaces. 
Soy mundos repletos de vacío y de ilusiones. Me expando y me divido, me muero y nazco y nunca soy la misma. Porque ahora soy infinita. Porque ahora estoy repleta de ilusiones y vidas, de posibilidad y oscuridad. 

Ahora soy hermosa porque estoy llena de vida. Porque contengo a toda la humanidad en un simple mechón de pelo. Porque no acabo y porque no tengo principio. Y cambio. Y cambio. No me pueden representar, porque no tengo rostro. Porque soy mil cosas y una sola. Nada y todo tiene importancia para mí. Mi piel es oscura como el cielo nocturno, y mis ojos son brillantes como el sol. Soy enorme y eso es lo que me concede la belleza.

Y mi cabeza ya no es mi cabeza, porque ahora es consciente de todo lo que contiene. Porque ahora sabe que soy poderosa. Porque ahora es el centro de todo y el final de nada. Invencible. Imposible. Cientos y cientos de puntos luminosos que corren sobre mi piel y me hacen resplandecer. La oscuridad en la luz y la luz en la oscuridad. Incierta e inalcanzable.

Así deberías sentirte, como un universo, como un maldito universo que no deja de crecer. Pinta tus brazos de color también y cree que eres tan importante como si contuvieses toda la vida en tu interior. Un satélite orbitando un mundo de posibilidad. Tu cuerpo es la esencia, y tu mente es más hermosa que cualquier vía láctea. Acéptalo. Vales demasiado.

viernes, 9 de octubre de 2015

Que te echo de menos de mil formas distintas.

Sogni e illusioni | via Tumblr

"Te echo de menos".

Un buen inicio para una conversación. Un mensaje conciso, claro; revelador. Un mensaje que en cuatro palabras expresa tanto sentimiento que todavía hoy me abruma. Y sin embargo, un mensaje para el que ya no tengo definición. El eterno "lo hago, no lo hago". La vergüenza y el nerviosismo que preceden al "enviar"; el arrepentimiento de no haber sacado el valor como para dar el paso. 
Pero ahora que para mí ya ha perdido significado, qué más da.
Porque lo que echo de menos es el póster que mi madre me hizo quitar de la pared. La vieja foto que se rompió mientras limpiaba. Los caramelos franceses que tanto me gustaban y que con tanta rapidez se acabaron. Echo de menos los pasillos vacíos de mi anterior piso. Al piar de los pájaros que con el tiempo murieron.
¿Pero a ti? ¿Cómo podría echarte de menos?
Si nunca te has ido.

Vaya a donde vaya siempre estás ahí. Me acompañas en cada paso que doy, en cada error que cometo, en cada triunfo con el que me alzo. Todo te lo dedico a ti. Toda la gloria, todo el dolor; toda mi vida. Todo lo que soy y lo que seré. Te lo regalo. Porque es tuyo. Incluso si no lo quieres. Incluso si me desprecias. Incluso si el tiempo nos separa, si las campanas ya no tañen por nuestra prosperidad. Incluso si me voy.
Porque todo me recuerda a ti. Todo me hace sentirte junto a mí. 

Y es tan feo.

Y me toca echarte de menos. Me toca perderte de vista. Olvidar. Borrón y cuenta nueva dirían los que no te han conocido. Los que no saben lo que me has hecho sentir. Lo especial que eras y sigues siendo. Nuestros caminos se ramifican y florecen en diferentes direcciones, diferentes estaciones. 

¿Dejaré de echarte de menos? Me da igual que me hayas destrozado. Me da igual que nos hayamos hecho daño. No quiero aprender a dejar de quererte. No puedo vivir sin ti.

O eso me decía. Mi vida es un continuo comienzo de cero. Quiero, echo de menos, olvido. Y sólo puedo pensar en nosotros con cariño. ¿Por qué no hemos cuidado lo que teníamos? ¿Por qué nos hemos odiado tanto, cuando ahora sólo podemos buscarnos con la mirada, a sabiendas de que no debemos? 

Tal vez te mande el mensaje, después de todo.

viernes, 11 de septiembre de 2015

tengo las manos vacías.

Hello Mr Fox: In the Woods

¿Has pensado alguna vez en acabar con todo? 
¿En acabar con tu peor enemigo?
Para mí es lo mismo. 
La persona a la que más odio es a mí mismo.

Y a la vez soy lo único que tengo. El único que no ha salido corriendo. Porque no puede. Porque no puedo.
Nada de lo que hago me pertenece. Tan sólo soy una marioneta. No me reconozco cuando me miro al espejo. No sé quién soy. No sé nada. No, no, no. Porque, porque, porque.Y, y, y. 

Todos los días me levanto; todos los días respiro. Todos los días, antes o después, acabo sufriendo. No es tristeza. Es vacío. Es un dolor sordo en la boca del estómago. Son lágrimas que no tienen ningún significado. Es miseria. Miseria y un apabullante aguijonazo en el pecho que da comienzo a la más pura de las agonías. 

Es hermoso. Hermoso cómo lentamente el agua oxigenada cae desde mi brazo hasta el suelo, rompiéndose al tocarlo. Parece hasta una historia de amor con un final demasiado trágico como para ser pronunciado en voz alta. Pero yo no estoy contando un cuento. Y esto no es amor, ni es una tragedia. Es la realidad. Es mi vida rompiéndose contra un muro que no puedo salvar. Y el muro, cómo no, es mi propia existencia. Porque lo que quiero choca con lo que deseo. Porque no tiene sentido. Y porque no pretendo que lo tenga. Porque la locura nunca ha sido organizada, ¿me equivoco?

Pero, ¡ah! ¿Cómo podría despedirme sin decir que tu vida, que la mía, son ambas preciadas y queridas, que deben ser mantenidas? No tengo ganas de mentir. Sólo deseo que acabe. Con todas mis fuerzas. Me pregunto, día tras día, cuándo llegará el momento. Cuándo podré decir que he aguantado bastante. Cuándo podré declararme roto sin posibilidad de arreglo alguno. Ya lo estoy, ¿verdad? Un poco más, un poco más. ¿Por qué cojones me aferro con tanta fuerza a algo que me destroza? No dejo de hacerme daño, no dejo de buscar sentir un poco más. De convencerme de que cada sonrisa merece el vacío que se crea después. Pero no es verdad. No lo es. Cuando llega, lo arrasa todo, y nada merece la pena. La felicidad son unos segundos robados al destino, que más tarde, enfadado, te castiga con todo lo que tiene. Hoy se ha partido algo más en mi interior. Y no dejará de pasar. 

Y sigo forzándome a pensar que estoy por encima de todo esto. Sigo forzándome a creer que puedo ser parte de algo que algún día llene el dolor que me está matando.

Me estoy matando.

sábado, 29 de agosto de 2015

recuérdame, tal vez.

empty hands & heavy hearts・・・

I can't kiss lips that lie.

Estoy perdido. No recuerdo cómo o cuándo me convertí en lo que soy hoy. ¿Quién lo hace? ¿Acaso alguien puso sus ojos en mí, fascinado por los cambios que destrozaron mi realidad? Estoy cansado. Estoy aburrido. Estoy triste. Estoy solo. Estoy desesperado; y no sé cómo escapar. Cada día me siento morir. Abrir los ojos es demasiado trabajo. Abrir los ojos es demasiado monótono. Es violento el pedírmelo. Mi cuerpo se vuelve más pesado a medida que me hundo en las oscuras aguas de mi propio corazón.

Recuérdame. Recuérdame. Recuérdame por cómo solía ser. Recuerda lo que era antes de parecer un monstruo. Estoy consumido. Estoy destrozado. Estoy sufriendo. Cada bocanada de aire son aguijones que se clavan en mi garganta; que me reprochan el estar vivo.

No espero que lo comprendas.

¿Cuándo se han vuelto mis sentimientos tan complicados? ¿Cuándo se han retorcido tanto mis pensamientos? ¿Cuándo dejaré de ser tan estúpido, de ser tan inútil? ¿De esperar algo por parte de los demás, cuanto yo no doy, cuando me cierro en banda?

Todo es culpa mía.

Podría haber elegido ser feliz. Podría haber tomado el camino que conduce al final bueno. Aún estoy intentándolo. Dar la vuelta a todas mis decisiones erróneas. Encontrar la luz; la esperanza.

¿Acaso me aguardarán?

Estoy arrepentido. Estoy deseando enmendar todo lo que he hecho mal. Recuérdame. Recuérdame. Recuérdame por cómo seré. Déjame como me encontraste: medio roto en un rincón. Déjame como me quieres ver: en pedazos sobre el suelo.

Se desliza entre mis dedos.

domingo, 9 de agosto de 2015

Acústico.

Tumblr


«Quiero dejar de sentirme vacío.»

Lo repito una y otra vez, esperando que pronto sea una realidad. Pero sé que mi consciencia jamás me permitirá conocer algo más allá de la soledad autoimpuesta que es mi rutina. Pocas cosas conozco que duelan más que haber conocido, únicamente para perder después. Pocas cosas que hayan consumido con más ahínco mi alma.

¿Por qué motivo no puedo abandonar las florituras si es de mi estado emocional de lo que hablo? ¿Por qué motivo es tan complicado confiar y permitir ser amado? Duele, pienso. Duele mucho. Pero no es una dolencia física. Y al mismo tiempo lo es. Comienza en mi pecho. Es un cosquilleo, molesto, angustioso. Se extiende con lentitud, adormilando mis sensaciones, impidiéndome reaccionar. 
Hasta que estalla.
Estalla, sin más motivo que mi silencioso empujón a que lo haga. Y ya nada puedo arreglar. Cubre mis ojos con un súbito velo de lágrimas y las palabras raspan mi garganta. Sin embargo y haciendo acopio del poco valor que poseo, no las permito salir. Es mi tortura, mi castigo, y he de soportarlo solo. Poco a poco el dolor cobra intensidad. Cobra forma; la de mis mayores miedos. El dolor es un monstruo de nombre ansiedad. Me falta el aire y no puedo permanecer de pie, puesto que los incontrolables temblores que sacuden mi pequeño cuerpo ponen en duda mi estabilidad. Mis pulmones luchan por robar al aire lo que necesito, pero no estoy seguro de querer que lo hagan. Mi corazón se acelera y siento la terrible sensación de mareo antes de poder nombrarla. Mi mente grita. "¡Ayuda, ayuda, quiero que pare! ¡Hacedlo parar, que alguien me ayude!" y yo correspondo a tal sentimiento. Me hundo en un mar de una negrura sucia y afilada y nadie parece querer rescatarme de él. Floto a la deriva, mientras siento más y más dolor, cientos de preocupaciones que aguijonean mi piel pidiendo una liberación que no estoy dispuesto a entregar.

Comprendo que mi descripción es recargada y aburrida, deja patente un dolor arrasador que sin embargo no se percibe entre las letras mientras me permito a mí mismo compartir la angustia que corroe mi pecho. Pero, pese a la calma que gobierna ahora mi mar de desesperación, las ganas de romper a llorar nunca me abandonan. La sensación de hacerlo todo mal, ¿no te sucede lo mismo? El estrés, las expectativas. Te están rompiendo. Y a mí también. No puedo dejar de cometer los mismos errores una y otra vez, confiando en que alguien encauce mi camino. Pero ese alguien nunca aparece. Y yo me hundo. Y me hundo cada vez más. La luz del sol no rompe la superficie de las negras aguas que ansían derrotar mi ambición.
Porque lo que más deseo es levantar y descubrir que plácidamente he amanecido en la orilla. Y que mi mar ya no es oscuro, en un burdo reflejo de lo que mi corazón llora, sino una hermosa extensión de claridad y paz. Un equilibrio perfecto que se complementa y domina la descorazonadora sensación de la ansiedad. 
Y no tengo por costumbre abandonar mis sueños.

P.D: la frase del comienzo es cosecha de la adorable @eru_numb la cual escribe tan bien o, para qué mentir, mucho mejor que yo.

miércoles, 24 de junio de 2015

Muy bien, no me creas.

it sounds like rain: In The Back of my Mind
In poisoned places, we are anti-venom.

Somos jóvenes. Y juventud significa poder.
Creemos que podemos domar el mundo.
Pero somos nosotros los leones fuera de sus jaulas. 

Hace tiempo que todo ha acabado para nosotros. Porque ahora es cuando comienza. Porque somos contradictorios. Porque no pensamos en cuándo, o cómo. Porque lo hacemos.

No deberías sentirte así. No deberías dejar escapar la sangre que corre ahora por tus venas. No es posible, no es lógico, no es justo, que sufras. ¿Sabes por qué? Porque respiras. Porque al aire inunda tus pulmones. Porque ríes. Porque tu felicidad es la mayor de las alegrías. Porque eres preciado. 
Nos rechazamos entre nosotros sin saber que nuestra existencia reside en la de los demás, nos rechazamos sin pensar en que somos volcanes. Sin creer que somos salvajes.

Y vamos a explotar esta noche.


sábado, 13 de junio de 2015

Recuerdos de una deprimida.


El mundo que nos ha abandonado nos quiere volver a cobijar. 
El mundo que nos ha despreciado nos quiere volver a amar. 
Las personas que lo pueblen nos quieren volver a destrozar. 
El dolor que sentí quiere volver a anidar en mi corazón. 

No lo entiendes. Ni lo vas a entender. Sólo comprendes lo que tú quieres ver. No sabes lo que yo sufro, no sabes lo que lloro, no sabes lo mal que lo paso por algo que sólo es una ilusión, por algo que sólo es un pensamiento fugaz, una estrella que estalla y muere en mi mente. No lo entiendes, no lo comprendes, no lo entiendes, no lo comprendes.

Quiero escapar. Mi vida ya no es mía. No tengo nada por lo que respirar. No tengo nada por lo que caminar, nada por lo que levantarme, nada por lo que sonreír. Voy a morir de todas formas, ¿importa realmente si es antes o es después? El vacío sólo se expande. Es un universo en mi interior. Es un agujero negro que amenaza con apagar la poca luz que hay en mí, con destruirme. Me hace daño. Todo me hace daño. Cada mirada, cada palabra, todo son espinas. Y no puedo huir. No puedo huir de la tortura que es existir, día sí, día también. No sé cómo expresar la muerte de mi ser, el cadáver de mi alma, pudriéndose en mi pecho, impidiéndome respirar. ¿En qué me he convertido? Soy un monstruo. Quiero arrancarme la piel. Quiero cambiar mi rostro, mancharme las manos de mi propia sangre. Quiero herirme, abrirme las venas. Suicidarse es demasiado fácil. No veo el sol, no veo el mar, no veo futuro o promesas, no hay esperanza para mí. No lloréis más. No lloréis lo que siento. No os apropiéis de mi sufrimiento. ¡Es mío, ¿me entendéis?! ¡¡Mío!! ¡Quiero ser la única que se sienta mal! Quiero ser especial en mi oscuridad. Quiero hundirme hasta lo más profundo del abismo del engaño. Sentir más dolor. Sentirme peor. Quiero matarme, poco a poco, lentamente. ¡No quiero más comprensión! ¡¡Odiadme!!

Y después de todo, sólo busco consuelo. Sólo busco felicidad, sólo busco amor. Sólo busco la oportunidad que nunca me daré a mí misma. Quiero liberarme del castigo que me he impuesto. Abrazarme y decirme 'ya está, ya pasó'. Dejar la autocompasión. Dejar el dolor atrás. Quiero encontrar una manera. Quiero vivir.




sábado, 30 de mayo de 2015

If I Can't Be Yours.

Fragille

Si pudieses ser mío, y yo pudiese ser tuya. Si pudiese olvidar quién soy, u olvidar quién eres. Si pudiésemos los dos arriesgar lo que tenemos. Si nos conociésemos, tal vez.

Y si mi alma no estuviese en libertad, y tu corazón preso. Si el piano no estuviese roto, y la luna aún continuase en lo alto. Si lo nuestro fuese amor.

Sueños imposibles de alcanzar, sentimientos imposibles de analizar, dime, dime... ¿dejarás de ocupar mi mente? Muriendo lentamente...

Luchando por algo en lo que ambos creemos, luchando por algo en lo que creeremos.

Y no te puedo ayudar, pero me pregunto por qué te quiero.

Y no te puedo ayudar, pero me pregunto por qué me quieres.

Si nuestros corazones se sincronizan, y un latido nos une. Si nuestras respiraciones se acompasan, y puedo apoyar la cabeza en tu pecho y sentirte vivo en mis brazos. Si pudiese expresar lo que siente en voz alta... si pudiese tocarte como ansío.

Algo sencillo de alcanzar, una promesa. Un hola y un adiós. El desconocimiento y el acercamiento. Dime, dime... ¿por qué te amo, si no sé qué necesitas? dime, dime... ¿por qué en ti confío, si sólo cuentas mentiras?

Y por qué sólo dibujo tus ojos. Y por qué sólo escribo sobre tu piel. Y por qué, por qué, cierro los ojos y te evoco, tumbado junto a mí.

Si nuestras vidas se rozasen. Si nuestros suspiros se encontrasen, y viese tus sentimientos sobre papel en tu rostro.

Y si no puedes ser mío.

Si no puedo ser tuya...

te adoro.

viernes, 29 de mayo de 2015

Alimentas la oscuridad con susurros.

Tumblr

Me llaman psicópata por querer rodear tu cuello con mis manos de uñas raídas.
Me llaman psicópata por querer teñir tus mejillas de rojo sangre.
Me llaman psicópata por no querer matarte.
Me llaman psicópata por querer destrozarte.

Pero, ¿y si todos tenemos algo de psicópata? ¿Y si todos, en lo profundo del abismo de nuestra alma, deseamos ver a alguien romperse en pedazos hasta que sólo quede el recuerdo? ¿Y si todos herimos y manchamos nuestras manos? ¿Y si todos disfrutamos con los gritos de dolor de un corazón desbordado?

Me llaman psicópata por recorrer las venas de tu brazo con una cuchilla.

Piel mortecina, labios rojo como la sangre que corre por su cuerpo y cabello oscuro; negro, como mi amor.
Y es gracioso. Y me divierte. Porque durante un tiempo, fue blanco. Blanco brillante, destacable, hermosamente hiriente. Hermosamente asqueroso y vomitivo. Sinceridad y promesa. 
Y me río. Porque durante un tiempo, fue gris. Grisáceo sucio, manchado, contaminado, dañado. Profanado. Pero no lo suficientemente oscuro. Engaño, violencia.
Y se me desencaja la mandíbula. Porque ahora es negro. Negro, negro, negro, donde las manchas no se ven, donde el blanco destaca aún más. Negro como las aguas. Negro es mi pureza. Negro es lo único a lo que puedo aspirar. Asesinato, sangre bajo las uñas. Negra es la mancha que dejas sobre lo que tocas.

Me llaman psicópata por quererte para siempre

Pero eres tan bella. Podría acariciarte hasta que se me cayese la mano. ¡Aunque a ti te la he quitado yo! ¡Ja, ja, ja! Ahora eres como yo, ¿no es divertido, no te ríes? Eres basura. Eres polución. Eres problema y eres tormenta. 
Blanco para las personas puras.
Gris para las personas manchadas.
Negro para los psicópatas.

Me llaman psicópata, ¿pero no lo somos todos?


lunes, 25 de mayo de 2015

Sé que no estás muerta. Pero ojalá. Podría llorarte.

Fragille

Todo se me ha ido de las manos una vez más. Todo ha escapado como arena entre mis dedos, dejándome con una vaga sensación de vacío. Y sé que no es tarde. Pero también sé que no me arriesgaré. Sé que no merecerá la pena. Que miraré sin saber cómo sostener los granos de mis elecciones sin que todos caigan. No sabré salvarlos. Una vez más.

Risas. Eso es lo único que se oye. Un pequeño gorjeo, como el de un pajarito ahogado y un estallido de alegría. Y cierro la puerta, y salgo de casa. Porque no quiero oírlo. El sonido que permanece atrapado en mi garganta, que jamás será sincero. Yo jamás seré sincero. Incluso conmigo mismo, lo único que puedo es convencerme de lo que no soy, de cosas que querría ser; intento llegar a ellas por medio de engaños. Pero nunca funciona. Nunca, nunca funciona. Lo rompo todo. Me rompo a mí mismo mientras corro.
Sólo hay un lugar al que pueda ir.
Piedra y musgo, altura y peligro. Silencio, ladridos, pasos, pájaros.
Sé que se ha acabado. Sé que no debería ser así. Sé que no debería sentirme así. Que no tengo derecho.
Pero era tan importante.
No me atrevo a gritar, a unir mi voz al coro lamentable de la natura. Me tiemblan los labios, amoratados por el frío. El viento mueve mi escaso cabello, el fantasma de una caricia. Quiero llorar.
Pero sé que no debo.
Sé que ya no estás aquí.
Sé tantas cosas, y comprendo tan pocas.
Inspiro.
Y vuelvo a ahogarme en el no tenerte.

miércoles, 29 de abril de 2015

Puede que la niebla no me deje ver tus ojos. Se lo agradezco.

Girl in London | via Tumblr

Sonreír incluso cuando tus trozos más ocultos, pegados con pegamento del bueno, se caen.

Ama. Ama. ¡Ama! ¡¡Ama!! Ama con pasión. Amar es nuestra última opción, el consuelo del suicida, del que a nada lo ata y del que a nada conmociona y estremece. Estremece tus sentidos; ama sin conocimiento.
Entrégate con todo tu destrozado corazón. Alguien lo curará. Alguien traerá celo para unir los pedazos a tientas, porque nadie sabe dónde estaban antes, qué imagen era la del rompecabezas. 
Mira al amor con una venda sobre los ojos. No le cuestiones. No le toques. No le suspires. No le hables. Toma la pistola y reza para que no haya una bala en ella. Reza. Rezar. ¡Reza! ¡Rezar! ¡Reza, rezar!

Historias sobre el amor, una tras otra, el más bello de los pecados, el mayor de los motivos, la mejor coartada para un asesino. La locura de una mente enferma, consumida por el virus de lo que llamamos amor.

Agónico, absurdo, caprichoso. Tanto idolatramos algo que no dura, tanto rezamos a algo que no prospera. Tanta confianza en algo que nos traiciona. Las personas tras la ilusión, la película blanquecina que cubre la mente, las mejillas arreboladas y la respiración jadeante. Mentiras, sólo son mentiras.

No hay arcoiris tras la lluvia, no hay relación tras la confesión, no hay nada de nada. Sólo niebla que cubre un puente. Un puente que ha visto a tantos sufrir por una maldición que, a pesar de todo, contraemos con intención.

Porque en el fondo, todos somos unos suicidas buscando un motivo para morir.

domingo, 26 de abril de 2015

Los ángeles deberían caer más a menudo

.

You saw me start to believe  for the first time.

Son las... alguna hora, la cual no sé, puesto que tiré el reloj por la ventana cuando llegaste. Porque el tiempo se para cuando estás conmigo, bromeé. Pero sé que es de madrugada. El cielo está oscuro y las farolas alumbran la ciudad, impidiéndome ver las estrellas que para nada pueden compararse con tu brillo, pero que tanto nos gustaban a ambos. Eras una supernova, una permanente explosión de luz y color. 
Fuegos artificiales.
Nos conocimos viendo los terriblemente baratos y mal lanzados fuegos artificiales de nuestro pequeño pueblo. Yo reía con mis amigos, quejándome sobre lo aburrido que era el espectáculo. Tú estabas sola, mirándolos con adoración. Y pensar que estuviste a mi lado tanto tiempo, y que sólo giré la cabeza en tu dirección cuando me quedé esperando a que regresasen las personas a mi alrededor. Pero te vi. Y podríamos haber estallado. Podríamos haber muerto. Podríamos haber ardido. Y hubiese aceptado mi destino con gusto. Porque te había visto. Ojos angustiados, llorosos, labios apretados, el cuerpo en tensión. Pero sonreías. Soportabas tanto dolor. No me fijé. Sólo atiné a compararte con las luces que iluminaban nuestras cabezas.

Me dicen que no te conocía, que no puedo llorarte. Mas ninguno de ellos han sentido la conexión que estableces al fijar tus ojos sobre los de alguien más, la profundidad de tu alma y tu espíritu, que luchaba con tanta pasión, únicamente comparable a un fuego que desea extinguirlo todo. Tú eras fuego, también. Extinguías y quemabas la tristeza, la desesperanzada, la desazón. Tu calor era solar. Todo lo que eras fue hermoso. Todo con lo que puedo compararte es hermoso.
Eras hermosa.

Marcaste mi vida, como sé que la de muchos más, con tan sólo una sonrisa, capaz de derribar los muros mejor construidos, los sentimientos mejor guardados. Si pudiese traerte de vuelta daría todo lo que soy, todo lo que fui, todo lo que seré yo y lo que serán ellos. Daría el mundo y te lo entregaría. Serías la reina de todo lo que amé. Pero ahora sólo vives en mis palabras, temblorosas palabras a la luz de una noche que no te tiene a ti. Vive, vive para siempre, vive libre y vive como tú eras. Vive y hazlo por una existencia que te añora como jamás añoró a nada. Eres el motivo por el que escribo. Y para un escritor, hazme caso, no hay nada más importante.

Eres lo mejor a lo que jamás podré llamar 'mío'.

domingo, 19 de abril de 2015

Siempre te protegíamos la espalda. Pero no sé si puedo seguir aquí


empty hands & heavy hearts・・・

Recuerdo cómo te dejé tocarme. 
Cómo me dejaste acercarme a ti. 
Cómo nos dejamos arrastrar a una corriente de rojo fulgor.
Extenso y prodigioso cariño.

Se acabó. Ahora nos odiamos el uno al otro.


Iniciamos nuestra propia guerra. Dos bandos. Ambos generales. Un ejército de sentimientos a nuestras órdenes. Comandos confusos. Nunca pretendí hacerte daño. Mis golpes estaban mal orientados. Mas los tuyos fueron certeros. Yo fui el que cayó a tus pies, suplicando una clemencia que esperaba no obtener. Remátame. Déjame morir. Pero nunca tuviste misericordia.

Hijo de puta.

Nadie había, jamás, escarbado en mi pecho con tanta parsimonia y dedicación, con tan pulcra crueldad. Un brillante bisturí que no era más que tus palabras. Destruiste cada pequeña parte de mí. Ahondaste como si me conocieses. Me conocías. Mejor de lo que yo nunca pude. Un aguijonazo. Dos. Tres. Parabas, como si la esperanza de un rápido final fuese mi alimento. Y era verdad. Yo comía famélico de la promesa de tu perdón. De mis labios agrietados que un día besabas con mimo, sólo salían quejidos de rendición. Pero nunca destacaste por tu amabilidad. Y ciego de mí, sólo vi la brillante luz que tu pequeña parte resplandeciente emitía. Continúo, entre jadeos, aguardando una solución, una absolución a mis, a tus, pecados. Poner fin a la tortura de tu piel sobre la mía, teniendo las manos atadas. A tu lengua salina lamiendo mis heridas. Huye y no me mires.

Mátame. Cállame. Suéltame.

martes, 14 de abril de 2015

Y les hice las maletas a mis sentimientos. Y los eché de casa.

breath of a life | via Tumblr

Dear my most hated past, I'm ready at lastto leave you behind!

Toda mi vida me han dicho que debía ser fuerte y soportar los golpes que me diesen. Que llorar era señal de debilidad. Que mostrar tu sufrimiento también lo era. Y no podía ser débil. Porque a los débiles el mundo en el que vivimos se los come. Me enseñaron que era una heroína que no podía permitirse el caer o quejarse. Que el huir quedaba fuera de toda discusión, porque, ¿quién quiere a una cobarde? 

Y cuando las lágrimas me surcaban las mejillas, recordaba todo lo que me habían inculcado, y parpadeaba intentando controlar el llanto. Cuando algo me dolía apretaba los labios y los puños hasta que mis nudillos se coloreaban blancos. Me reconfortaba la idea de estar haciéndolo bien, de ser, por toda mi contención, respetada y temida; admirada. 

Sin embargo un día vi a un niño llorar. Aparté la vista, avergonzada. ¿Cómo podía hacerlo, y más delante de todo el mundo? ¿Cómo podía hacer, de forma impune, todo lo que yo jamás había tenido permitido? Pero lo que obtuvo no fueron gritos y moratones, en cambio consuelo. 

Y empecé a pensar. Empecé a fijarme en los demás, en vez de preocuparme por no mostrar mis puntos flacos.

También empecé a creer que lo que había escuchado de pequeña era erróneo. Tal vez el llorar no me hiciese débil, tal vez mostrar mis cicatrices no hacía los golpes más fuertes. Y tal vez, el confiar, no fuese sinónimo de caer de rodillas y suplicar. 

Desde entonces lo hice. Lloré cuando sentí deseos, abrí mi corazón cuando no cabía más sufrimiento y aireé mis más vergonzosos pensamientos. Y nada de ello paró a la vida, que continuó golpeándome sin descanso o resuello. Pero tampoco la animó. Mis días se hicieron más llevaderos, más sencillos, más coloridos. Ya no cargaba con el peso de una fuerza que sólo era aparente, de una sonrisa que era incapaz de abordar mis facciones con corrección. 

Puede que yo no sea una heroína, dispuesta a ver arder el mundo sin pestañear. Pero puedo decir lo que sí soy: una persona. Una persona con una fuerza forjada de la debilidad. Se necesita más valentía para llorar que para mirar a la luz pretendiendo que las lágrimas no abordan tus ojos y mojan tus pestañas. Se necesita más valentía para admitir y superar, para creer en la propia debilidad y dejarla atrás, que para crear una coraza que se derrumba con cada roce.

Soy real.

viernes, 10 de abril de 2015

Soy un universo en expansión.

.

Nobody, no, even in the rain.

Yo nunca pedí lo que soy. Yo nunca pedí perder todo lo que era. Yo nunca pedí estar aquí, ahora.
En algún momento, en algún lugar, decidí cortarme las manos por ti, porque si tú no podía escribir, ¿por qué debía hacerlo yo? ¿por qué debía terminar el desastre que juntos habíamos comenzado? Sin ti nada es lo mismo. Pero tú eres un escritor fallido. Eres una sombra de lo que eras, un suspiro de los que se escapan de mis labios, que gritan buscando ayuda. Porque quiero salvar tu vida, la misma que quieres acabar.
Sin nuestros sueños somos nadas.

Cáscaras vacías repletas de expectativas, pálidos fantasmas, maniquís que buscan ser señalados, llenados de esperanzas y falsas suposiciones. Si abandonamos lo que somos, lo que colorea nuestro rostro y lo que recorre nuestras venas, ¿qué podemos aspirar a ser? No más que fallos. Experimentos de nuestra ambición. Por favor, ayúdame a comprender lo que digo, lo que escribo. Ayúdame a callar las ideas que expanden mi universo, galaxias de estrellas muertas.

Ayúdame a romper una vida.

Quiero ver los sentimientos correr como si se tratase de sangre, quiero ver un rostro impávido, desprovisto de lo que nos mueve y nos hace sentir, del cosquilleo en la punta de los dedos y del frío invernal. 

Te suplico que no me olvides, no te atrevas a hacerlo, lo que soy, en lo que me he convertido. No te atrevas a apartar la vista del monstruo que has hecho crecer. Roto pero sin romper en un mundo salvaje. ¿Acaso no soy lo que deseé?

Será mejor que te vayas.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Odio la blancura, la pureza de la nieve, su virginidad.


Me recuesto con cuidado sobre el manto blanco que cubre la vacía calle, mi calle. Llevo un tiempo dándole vueltas a las ideas que se amontonan en mi cabeza, y he decidido llevar a cabo uno de ellas; la más descabellada, pero tal vez, la más correcta. Sabía que no tardaría mucho en hacer lo que estoy haciendo, por ello, no me sorprendo o siento miedo.

Abro la boca con timidez y un halo de vaho sale de ella. Río. Cuando era pequeña sujetaba un bolígrafo entre mis enrojecidos dedos y lo llevaba a mi boca, simulando que fumaba. Me gusta nombrar a las distintas épocas de mi vida. Aquélla es inocencia. Esta es decadencia.

Comienza a pasar el tiempo. Mis dedos ahora son morados. Me gusta el morado. Me cuesta mucho respirar; duele. Intento levantar la mano para frotar mis desnudos y congelados brazos, pero no me responde. Compruebo si mis pies pueden ponerme en pie. No es así. Sonrío con satisfacción. Al principio sentí frío, sentí mucho frío, pero ahora sólo estoy entumecida. Es mejor de esta forma, me convezco. Lo es, ¿verdad?

Los párpados comienzan a pesarme en el momento en el que me arrepiento. Tal vez pudiese haber algo, quizá había una solución. Con las pocas fuerzas que me quedan, sacudo la cabeza, mientras el día comienza a despuntar, un día que yo no veré. Está bien, ve. Y voy. Murmuro una pequeña despedida en mi cabeza para todos aquellos que dejo atrás, y todo acaba.


Siempre había querido morir así, sentirme dormir eternamente. Mis problemas no eran ni mucho menos tan graves, pero no supe encontrar otra forma de arreglarlos. Nadie quiso ayudarme. Al principio, todos se interesaron por ellos, ¿y ahora qué queda? Nada. Sólo quedo yo. Y jamás desearía pasar tanto tiempo conmigo misma. Ya estaba muerta.

No pasa nada.

viernes, 30 de enero de 2015

carta a mis amores, mis eternos dolores de cabeza.


Cold Hands | via Tumblr

"A mi amado,
escribo con manos temblorosas, apresurada por plasmar las palabras que deseo dedicarte. Mas la simple idea de verte en manos de otro hace hervir mi sangre, por lo que lamento la ira visiblemente apreciable con la que ahora convivo. Seré breve, pues.
Sé que pronto me abandonarás, como siempre lo haces. Sin embargo, dejaré la puerta abierta, por primera vez en nuestra, tal vez corta, tal vez larga, pero desde luego poco intensa, relación. Ya has de saber que debes venir porque así lo deseas, no porque otros han intervenido, no merezco que sientas pena por mí. 
Eres complicado, difícil de tratar y desde luego indomable, arrastrándome y dejándome varada. Me dejo hacer, porque la embriagadora sensación de tenerte a mi lado es suficiente.
Cuando te vas, jamás recoges tus cosas, y permanezco sentada en el suelo, chocándome contra tus ridículas pertenencias, mientras continúo llamándote en la oscuridad, susurrando y pidiendo que no vuelvas a marchar.
La primera vez, corrí tras tu sombra, una tarea imposible, pues mis piernas se habían roto, al igual que el resto de mi cuerpo. Lo rompiste tú, para que no te siguiese. Maldito caprichoso.
Regresaste al alba, tal vez, con una sonrisa y un perdón en los labios, y como una tonta te creí. Me cuidaste hasta que me recuperé, y estuviste junto a mí. En ese momento, me enamoré de ti. 
Más veces sucedió, más veces partiste, llevando todo lo que yo era contigo. Siempre regresaste, por lo que pensé en poder sobrellevar nuestra insana y dañina relación.
Y cuando te echaron a patadas, cuando observé, acongojada en un rincón el cómo salías de mi vida de nuevo, obligado por todo aquello que ambos odiábamos, no quise hacerte volver. Cerré mi casa, y cambié la cerradura. No pude hacer nada por mi eterno maltratador, por el amor de mi vida. Sentí que yo misma te había golpeado, que yo misma había sido la causa de la sangre que manchaba la moqueta en la que te pisotearon.
Días, semanas, tirada en el suelo, llorando, mientras tantos intentaban encontrarte... quise buscarte yo misma, pero temí. Temí todo, temí tu reacción, temí volver a perderte.

Un pequeño empujón me hizo levantar la cabeza, y docenas de manos comenzaron a apremiarme que fuese al encuentro de aquello que yo más amaba, y de lo que más me amaba. No dudé. Entre todos, rompimos la puerta que no podrías traspasar, y corrí. Fue un camino largo, tortuoso, huiste lejos. Te encontré, finalmente, a punto de morir. Te cuidé como pude, y cuando sosteniste mis manos y afirmaste que no te irías, negué con la cabeza. Sé que lo harás, pues no eres eterno. Pero ahora estás aquí, y nuestra historia es la prueba de que nunca he de rendirme respecto a que sientas lo mismo que yo, mi amado. Volveremos a vernos, lo prometo.

Mi amado, amado, amor propio, mi querida y apreciada autoestima."

jueves, 29 de enero de 2015

Veo mi vida a través de una película amarillenta.

Sugestões | Tumblr

No soy fuego, pero quemo.

Echo de menos la tranquilidad. La puesta de sol de un día de pereza. Una canción repetitiva, melancólica. Añoro mirar por la ventana y ver cómo el sol se oculta y el pasillo se tiñe de naranja. Recuerdo lo que cruzó mi mente mientras me desperezaba y me levantaba de la silla, tras horas sentada frente a la pantalla sin más motivación que un intenso aburrimiento. Lo perfecto que el día me resultó años después, y lo mucho que intenté imitarlo, sin lograrlo realmente. He creado recuerdos preciosos a partir de momentos monótonos, recuerdos que intento recrear, creando nuevos en el proceso. Una intensa pena me recorre ahora si lo pienso, si pienso en que nada volverá. Sin embargo, no permanezco abrumada por la profundidad de mis más sencillos recuerdos, pues cada momento es diferente para mí. La nostalgia me envuelve, pues no se vive del pasado, ni se pretende recordar el presente. Si más lo pienso, más siento como todo lo que aprecié se difumina, una memoria gastada por el uso. Siento que ando tras unos pasos que quedaron atrás en el camino, buscándolos sin resultado, olvidando el dejar unas huellas que algún día seguir. ¿Aprenderé a andar en círculos? Dudo que mis pies sepan hacerlo. Es un bonito vacío el que tengo, unas expectativas imposibles, pues sólo he de disfrutar de mi hoy, y crearé un mañana en el que confundirme.

Veo la luz irrumpiendo en mi habitación de nuevo.